He tenido una epifanía. He encontrado el secreto de la eterna (o al menos muy duradera) felicidad.
La premisa es sencilla: disfruta del mal ajeno.
Si existe mal y disfrutas de él, nunca estarás triste. Reconócelo, ¿has llegado a vivir en algún momento de tu vida con una felicidad absoluta sin que nada a tu alrededor esté sumido en llamas y llantos? No lo creo.
La felicidad por amor puede ser poderosa, sí. Amor a una persona, un acto, un objeto..... pero la felicidad por odio puede llegar a ser más longeva.
Ríete de un niño que se caiga, disfruta sabiendo que esa pareja que son tan pastelosos en realidad se ponen los cuernos mutuamente y viven una mentira, regocíjate en la desgracia de tu enemigo o simplemente siéntate y observa cómo de mal le va la vida a tus exs.
Mil y una formas de hacer posible el sueño que está más al alcance de la mano del pueblo llano: La Felicidad. ¿Cuándo se te presentará de nuevo la oportunidad de sonreir de placer malicioso? Ni siquiera los chocolates Valor (placer adulto) te otorgarán esta satisfacción.